Una gran expectativa rodeó desde temprano a la Bombonera. Las llegadas de Falcioni y de Erviti, la recuperación de Riquelme y la buena pretemporada, sin derrotas y con varios triunfos, le puso a Boca el mote de candidato en la espalda. Frente a Godoy Cruz generó muchas chances, pero por momentos estuvo desordenado y sufrió por los extremos. En definitiva, un 1-4 inesperado, tremendo. Un cachetazo importantísimo para iniciar el torneo Clausura.
El elenco xeneize se visitó de protagonista en el comienzo del partido y se adueñó de la pelota, aunque mostró ciertas dificultades para tocar en corto y asociarse. Sin embargo, Mouche arrancó muy bien por el sector derecho y a los 7 minutos dejó de cara al gol a Calvo con un excelente taco; el lateral derecho disparó y Torrico, una de las figuras, respondió de la mejor manera.
Y a los 13 llegó el primer error de García, quien había conformado en la pretemporada y había dejado atrás algunas fatalidades. Villar tiró un centro desde la izquierda, el arquero no la pudo retener y Ramírez, con el olfato de goleador, calvó el 1-0 de cabeza. No sería el único fallo: a los 22, se le volvió a escapar al uno de la misma manera, pero lo salvó el asistente, que cobró offside.
El local respiró profundo, se volvió a acomodar y salió a buscar la igualdad. Riquelme, quien no había hecho mucho, se acercó al área, empezó a merodear el arco y se juntó con Mouche para ser de lo más peligroso del equipo. A los 23, el atacante la cruzó y Erviti perdió ante Torrico. Y a los 27, Mouche la puso adentro, Palermo la dejó pasar y el 10 lo perdió en el área chica.
Pero tras un disparo elevado de Battaglia que el uno de los mendocinos mandó al córner, Godoy Cruz volvió a aprovechar un espacio vacío, esta vez por la derecha y puso el 2-0. A los 37, Miranda jugó a las espaldas de Clemente Rodríguez, tiró un centro rasante y Ramírez fusiló a un García que no se movió de la sombra del travesaño.
No fue lo último en un primer tiempo sumamente entretenido y dinámico. A los 41, Riquelme le pegó desde 25 metros y reventó el palo derecho de Torrico, que a los 45 le sacó un mano a mano muy bueno a Mouche. Boca generó más, pero el Tomba aprovechó cada error y tomó una ventaja inesperada. Villar y Carlos Sánchez fueron dos de los pilares, junto al arquero.
Y quedaba más aún. El complemento no fue tan movido como el primer periodo, pero contó con varios momentos interesantes para el análisis. Riquelme se apagó por completo, Palermo pasó casi inadvertido, Mouche siguió siendo la llave con su explosión y Falcioni agotó las alternativas para dar vuelta una historia que tenía un final escrito.
Palermo, en su única chance, disparó por arriba al minuto y a los cinco, Mouche la puso atrás y Calvo la mandó por encima del travesaño. Pero a los seis llegó el tercer cachetazo: Miranda tiró otro excelente centro a las espaldas de Calvo, el defensor no llegó a cortar y Torres fusiló a García, otra vez parado en la línea del arco y sin oportunidad alguna.
Sin embargo, un minuto más tarde, con más amor propio que fútbol, Boca logró el descuento: Riquelme se la quiso devolver a Clemente, el defensor no llegó y Er
iti, totalmente solo, la clavó arriba para ponerle pimienta al resto del partido. Pero no fue nada picante. Fue apenas un poco de sal gruesa. El Xeneize se quedó en un envión anímico de un par de minutos.
Godoy Cruz se retrasó, pero presionó mucho en tres cuartos, le impidió a su rival generar situaciones y hasta aprovechó una contra a los 47 para sentenciar un 4-1 lapidario. La cara de Falcioni al cierre del encuentro lo dijo todo. Serio, preocupado, estupefacto. Los silbidos también se hicieron escuchar en una Bombonera que comenzó para la fiesta y terminó de la peor manera.
Texto y foto http://www.tycsports.com/
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