Otra vez respaldada en un gigantesco Teodosic, Serbia aplastó por 84 a 56 a Brasil y se metió en las semis. Pálida versión de los de Magnano, que mostraron una cara muy diferente a la del choque con Argentina.
Serbia le dio una verdadera lección de básquet a Brasil y lo humilló por 84 a 56. El equipo balcánico mostró una versión maravillosa y aniquiló a su rival con altísima efectividad, buena defensa y un Milos Teodosic nuevamente inspirado. Está claro que en la primera fase, los serbios jugaron de a ratos. Como para calentar motores. Porque en esta instancia de victoria o eliminación han mostrado una cara totalmente distinta. Han hecho, por momentos, culto a la solidez. Ahora buscarán un lugar en la final frente al ganador del duelo entre España y Francia.
La conducción de Teodosic facilitó el tema para el ganador. Desde el comienzo, el armador tomó decisiones siempre correctas y tapó los huecos de la ofensiva con puntos (terminó como goleador con 23) y asistencias (cuatro). Dominó mentalmente el encuentro. Y ya es el mejor base del Mundial, al menos en lo que va de Mundial.
Brasil, totalmente apático, nunca pudo contrarrestar la efectividad de su rival. Ni siquiera peleó por la reacción. Se resignó. Sin chances de correr la cancha, se limitó a forzar lanzamientos externos y acciones individuales (22-65 de campo). La frustración trajo indignación (dos técnicos seguidos en el tercer cuarto) y posteriormente resignación. El último chico estuvo de más. Bah no, sirvió para que Bogdan Bogdanovic confirmara que es uno de las apariciones más destacadas del torneo. La despedida de los de Magnano de España es mucho más dura de lo previsto. Había gran ilusión luego de la esperada victoria sobre Argentina. Y sin embargo, una vez más, se quedaron cortos de ambición. Era la gran oportunidad para dar el esperado salto: deberán seguir aguardando…
Texto y foto www.ole.clarin.com
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