Otro 1-0, aunque con sensaciones diferentes. River jugó 45 minutos muy buenos, en los que dominó a gusto a Huracán e hizo méritos para sumar los tres puntos. En el segundo, perdió la pelota y sufrió porque el local empujó con actitud. Otro triunfo y más alivio. El punto negro fue la expulsión de Ariel Ortega.
El débil derechazo de Zárate al minuto de juego, que a Carrizo se le escabulló por debajo de su cuerpo y se perdió cerca del palo derecho fue apenas un espejismo para la gente del Globo y sólo un susto para los Millonarios. A partir de los 120 segundos, todo fue de la visita, que se mostró precisa con la pelota al piso y picante de tres cuartos hacia arriba.
El elenco conducido por Cappa entendió rápidamente el partido, luego de tirar algunos pelotazos largos sin destino: presionó en el medio, tocó de primera, complicó con los cambios de frente y, sobre todo, aprovechó el sector derecho, donde el debutante Hereñú y Nieto demostraron toda su inexperiencia. Ferrari, Funes Mori y Buonanotte, al que todavía le falta mucho para volver a su mejor nivel, fueron una pesadilla.
A los 11 llegó el gol, justamente con una maniobra por ese costado. El Enano la tiró larga, el Mellizo tiró una excelente bicicleta, se fue por adentro y la puso atrás para la llegada de Affranchino, quien la empujó para el 1-0. Tres más tarde, Funes la bajó, Pereyra se sacó dos hombre y le reventó las manos a Monzón, quien achicó muy bien.
Fue todo de River en ese primer tiempo, que volvió a tener a sus ídolos en un muy buen nivel. Almeyda se multiplicó en la marca, estuvo siempre bien parado, recuperó pelotas clave y hasta fue salida clara por abajo. Ortega no se quedó sólo en pinceladas, sino que se asoció en el medio, habilitó y tuvo mucha movilidad. A los 23, tras un pase el Burro entre dos defensores, Ferrero la puso adentro y Affranchino se lo perdió abajo del arco.
Rivoira notó que el equipo estaba perdido y no tardo en hacer el primer cambio: a los 32 puso a Mariano Martínez y sacó al pibe Nieto. El local mejoró un poco y se acercó al arco rival con un tiro libre de Zárate, aunque siguió siendo inferior en todos los sectores. Matute Morales apareció muy poco, mientras que Montiglio fue bien controlado por Arano.
El técnico de Huracán terminó de emparchar el sector izquierdo en el inicio del complemento: lo mandó a Machín sobre ese sector y este cumplió con marcha y despliegue. Ya a los 4, Montiglio avisó con un derechazo a las manos de un seguro Carrizo. Y a los 18, Zárate probó nuevamente y el uno volvió controlar sin demasiados problemas.
El Globo mejoró, pero careció de explosión en los metros decisivos. River se quedó sin juego asociado, no pudo volver a adueñarse de la pelota y perdió la mitad de la cancha. Por eso, no generó ninguna chance de riesgo en el segundo periodo. Comenzó a depender exclusivamente de alguna maniobra personal y allí perdió. Buonanotte dejó en claro que le falta velocidad, Ortega ya no tuvo socios y Funes Mori no fue asistido como al principio.
El Millonario paso de dominador a dominado, aunque claro que no sufrió demasiado porque se defendió bien y porque su rival jamás encontró la fórmula para llegar con riesgo. Para colmo, a los 26, Ortega se fue expulsado directamente por un codazo. Cappa mandó a la cancha a Rojas y Ballón -también entró Caruso-, pero la pelota siguió siendo del dueño de casa.
Huracán dejó todo, presionó y mostró otra actitud, pero Ferrero, Maidana y Almeyda sacaron absolutamente todo. La más clara la tuvo Orlando, quien le pegó muy mal tras una muy mala salida de Carrizo. En definitiva, River aguantó tras un primer tiempo muy bueno y cosechó otro triunfo por la mínima.
El débil derechazo de Zárate al minuto de juego, que a Carrizo se le escabulló por debajo de su cuerpo y se perdió cerca del palo derecho fue apenas un espejismo para la gente del Globo y sólo un susto para los Millonarios. A partir de los 120 segundos, todo fue de la visita, que se mostró precisa con la pelota al piso y picante de tres cuartos hacia arriba.
El elenco conducido por Cappa entendió rápidamente el partido, luego de tirar algunos pelotazos largos sin destino: presionó en el medio, tocó de primera, complicó con los cambios de frente y, sobre todo, aprovechó el sector derecho, donde el debutante Hereñú y Nieto demostraron toda su inexperiencia. Ferrari, Funes Mori y Buonanotte, al que todavía le falta mucho para volver a su mejor nivel, fueron una pesadilla.
A los 11 llegó el gol, justamente con una maniobra por ese costado. El Enano la tiró larga, el Mellizo tiró una excelente bicicleta, se fue por adentro y la puso atrás para la llegada de Affranchino, quien la empujó para el 1-0. Tres más tarde, Funes la bajó, Pereyra se sacó dos hombre y le reventó las manos a Monzón, quien achicó muy bien.
Fue todo de River en ese primer tiempo, que volvió a tener a sus ídolos en un muy buen nivel. Almeyda se multiplicó en la marca, estuvo siempre bien parado, recuperó pelotas clave y hasta fue salida clara por abajo. Ortega no se quedó sólo en pinceladas, sino que se asoció en el medio, habilitó y tuvo mucha movilidad. A los 23, tras un pase el Burro entre dos defensores, Ferrero la puso adentro y Affranchino se lo perdió abajo del arco.
Rivoira notó que el equipo estaba perdido y no tardo en hacer el primer cambio: a los 32 puso a Mariano Martínez y sacó al pibe Nieto. El local mejoró un poco y se acercó al arco rival con un tiro libre de Zárate, aunque siguió siendo inferior en todos los sectores. Matute Morales apareció muy poco, mientras que Montiglio fue bien controlado por Arano.
El técnico de Huracán terminó de emparchar el sector izquierdo en el inicio del complemento: lo mandó a Machín sobre ese sector y este cumplió con marcha y despliegue. Ya a los 4, Montiglio avisó con un derechazo a las manos de un seguro Carrizo. Y a los 18, Zárate probó nuevamente y el uno volvió controlar sin demasiados problemas.
El Globo mejoró, pero careció de explosión en los metros decisivos. River se quedó sin juego asociado, no pudo volver a adueñarse de la pelota y perdió la mitad de la cancha. Por eso, no generó ninguna chance de riesgo en el segundo periodo. Comenzó a depender exclusivamente de alguna maniobra personal y allí perdió. Buonanotte dejó en claro que le falta velocidad, Ortega ya no tuvo socios y Funes Mori no fue asistido como al principio.
El Millonario paso de dominador a dominado, aunque claro que no sufrió demasiado porque se defendió bien y porque su rival jamás encontró la fórmula para llegar con riesgo. Para colmo, a los 26, Ortega se fue expulsado directamente por un codazo. Cappa mandó a la cancha a Rojas y Ballón -también entró Caruso-, pero la pelota siguió siendo del dueño de casa.
Huracán dejó todo, presionó y mostró otra actitud, pero Ferrero, Maidana y Almeyda sacaron absolutamente todo. La más clara la tuvo Orlando, quien le pegó muy mal tras una muy mala salida de Carrizo. En definitiva, River aguantó tras un primer tiempo muy bueno y cosechó otro triunfo por la mínima.
Texto y foto http://www.tycsports.com/
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