El Xeneize se impuso con goles de Battaglia (PT 19m) y Palermo (ST 10m) en el Superclásico debut para Ischia y Simeone. Los de La Ribera marcaron una clara diferencia en el segundo tiempo, de la mano de un Riquelme brillante. Muy buena presentación de Cáceres y poco de Cabral, Archubi y Abreu.
Boca le ganó a River por 2-0, en Mar del Plata, en lo que fue el primer Superclásico del año, correspondiente al Pentagonal de Verano. El Xeneize fue efectivo en el primer tiempo y mostró claras diferencias en la segunda mitad, para quedarse merecidamente con el primer gran festejo del año ante su eterno rival. El encuentro comenzó con dos equipos plantados de cara al arco contrario. Los de Diego Simeone, con un planteo claramente ofensivo, intentaron presionar bien arriba e impedir que el rival salga del fondo, mientras que los de Carlos Ischia apelaron al orden para adelantarse en bloque y generar algo de peligro. La primera situación de riesgo fue para el Milonario: la pelota le quedó sobre la derecha a Ariel Ortega, quien sacó un derechazo muy fuerte que despejó Pablo Migliore. El Burrito, que estuvo endiablado durante la primera media hora de juego, dejaba entrever alguna flaqueza en un fondo xeneize que apareció desordenado. De todas formas, fue Boca el que abrió el marcador, a los 19 minutos, con un gol de Sebastián Battaglia. De la salida de un tiro libre, el balón le quedó a Claudio Morel Rodríguez y su centro, después de pasar una chilena fallida de Pablo Ledesma, encontró sin marcas al mediocampista central, que fusiló a Juan Pablo Carrizo. El vértigo en ataque lo ponía River, con mucha movilidad en sus delanteros, pero con algunos problemas de la mitad hacia atrás por la poca cantidad de jugadores abocados a la marca. Por eso, la última línea tuvo que recurrir, casi sistemáticamente, a las faltas para cortar los avances que intentaba el equipo de Ischia. Después del gol, la defensa xeneize debió reorganizarse por la salida de Morel Rodríguez, con un problema en el aductor izquierdo, y el ingreso de Fabián Monzón. En uno de los errores en la salida, el Millonario tuvo el empate con un mano a mano inmejorable de Ortega, quien tuvo tiempo para acomodarse y definió por arriba. En el complemento, el conjunto de La Ribera siguió con el karma de las lesiones y Neri Cardozo le debió dejar su lugar a Jesús Dátolo, por una molestia. Sin embargo, las cosas no cambiaron demasiado en el funcionamiento de un equipo que siguió bien ordenado ante un rival que empezaba a repetirse en imprecisiones. A los 10 minutos llegó el segundo gol y el golpe de nocaut. Juan Román Riquelme lanzó un tiro libre desde un costado con una gran comba buscando el arco, como lo hizo durante todo el primer tiempo, Carrizo alcanzó a despejarla y Martín Palermo ganó en el salto y, colgado del travesaño, la empujó con la cabeza. A partir de ese momento, Boca se hizo dueño del partido y borró a River del campo de juego. De la mano de un Riquelme inspirado, el conjunto de Ischia tomó las riendas y terminó el partido a puro lujo e incluso pudo ser goleada, si no fuera por el travesaño que le sacó otro grito a un frentazo impecable de Palermo. Además de los técnicos, la noche tuvo cuatro debuts: en el Xeneize tuvo una muy buena presentación Julio César Cáceres, quien se mostró seguro y contagió con su firmeza a Gabriel Paletta, compañero de zaga. En el Millonario no dejaron una buena imagen Gustavo Cabral, Rodrigo Archubi y Sebastián Abreu. El sonido del silbato de Héctor Baldassi decretó el final y desató el festejo de los miles de hinchas de Boca en el José María Minella. Con efectividad, orden, firmeza y mucho fútbol, en la segunda mitad, los de Ischia ganaron por primera vez en lo que va del año y se dieron el gusto de hacerlo, justamete, ante su gran enemigo.
Boca le ganó a River por 2-0, en Mar del Plata, en lo que fue el primer Superclásico del año, correspondiente al Pentagonal de Verano. El Xeneize fue efectivo en el primer tiempo y mostró claras diferencias en la segunda mitad, para quedarse merecidamente con el primer gran festejo del año ante su eterno rival. El encuentro comenzó con dos equipos plantados de cara al arco contrario. Los de Diego Simeone, con un planteo claramente ofensivo, intentaron presionar bien arriba e impedir que el rival salga del fondo, mientras que los de Carlos Ischia apelaron al orden para adelantarse en bloque y generar algo de peligro. La primera situación de riesgo fue para el Milonario: la pelota le quedó sobre la derecha a Ariel Ortega, quien sacó un derechazo muy fuerte que despejó Pablo Migliore. El Burrito, que estuvo endiablado durante la primera media hora de juego, dejaba entrever alguna flaqueza en un fondo xeneize que apareció desordenado. De todas formas, fue Boca el que abrió el marcador, a los 19 minutos, con un gol de Sebastián Battaglia. De la salida de un tiro libre, el balón le quedó a Claudio Morel Rodríguez y su centro, después de pasar una chilena fallida de Pablo Ledesma, encontró sin marcas al mediocampista central, que fusiló a Juan Pablo Carrizo. El vértigo en ataque lo ponía River, con mucha movilidad en sus delanteros, pero con algunos problemas de la mitad hacia atrás por la poca cantidad de jugadores abocados a la marca. Por eso, la última línea tuvo que recurrir, casi sistemáticamente, a las faltas para cortar los avances que intentaba el equipo de Ischia. Después del gol, la defensa xeneize debió reorganizarse por la salida de Morel Rodríguez, con un problema en el aductor izquierdo, y el ingreso de Fabián Monzón. En uno de los errores en la salida, el Millonario tuvo el empate con un mano a mano inmejorable de Ortega, quien tuvo tiempo para acomodarse y definió por arriba. En el complemento, el conjunto de La Ribera siguió con el karma de las lesiones y Neri Cardozo le debió dejar su lugar a Jesús Dátolo, por una molestia. Sin embargo, las cosas no cambiaron demasiado en el funcionamiento de un equipo que siguió bien ordenado ante un rival que empezaba a repetirse en imprecisiones. A los 10 minutos llegó el segundo gol y el golpe de nocaut. Juan Román Riquelme lanzó un tiro libre desde un costado con una gran comba buscando el arco, como lo hizo durante todo el primer tiempo, Carrizo alcanzó a despejarla y Martín Palermo ganó en el salto y, colgado del travesaño, la empujó con la cabeza. A partir de ese momento, Boca se hizo dueño del partido y borró a River del campo de juego. De la mano de un Riquelme inspirado, el conjunto de Ischia tomó las riendas y terminó el partido a puro lujo e incluso pudo ser goleada, si no fuera por el travesaño que le sacó otro grito a un frentazo impecable de Palermo. Además de los técnicos, la noche tuvo cuatro debuts: en el Xeneize tuvo una muy buena presentación Julio César Cáceres, quien se mostró seguro y contagió con su firmeza a Gabriel Paletta, compañero de zaga. En el Millonario no dejaron una buena imagen Gustavo Cabral, Rodrigo Archubi y Sebastián Abreu. El sonido del silbato de Héctor Baldassi decretó el final y desató el festejo de los miles de hinchas de Boca en el José María Minella. Con efectividad, orden, firmeza y mucho fútbol, en la segunda mitad, los de Ischia ganaron por primera vez en lo que va del año y se dieron el gusto de hacerlo, justamete, ante su gran enemigo.
de http://www.tycsports.com/ , http://www.ole.clarin.com/ y de Telam
las fotos de abajo corresponden a http://www.fotobaires.com/
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